Primer día en el campo de Eleonas, con mi amiga Miriam que nos acogió en su casa durante esta experiencia como voluntarias. GRACIAS Miriam de todo corazón. |
Después de tres años sin escribir en este blog, he prometido volver a retomarlo para contar en primera persona la experiencia de trabajar este verano como voluntaria con mi hija de 19 años en el campo de refugiados de Eleonas, en Atenas.
Les agradecería mucho que lo lean con atención y que lo compartan con todos sus conocidos. Sé que es largo (media horita más o menos), pero he intentado hacerlo lo más ameno e instructivo posible. Pónganse cómodos y dedíquenle un ratito de este fin de semana a uno de los problemas más graves de nuestro tiempo. Seguro que será positivo para todos.
Desde mi punto de vista, el primer problema de los refugiados y de la población europea es el desconocimiento que hay en todo el mundo acerca de lo que está sucediendo. Bien sea por intereses políticos o económicos, la información que se está dando acerca de los refugiados es manifiestamente insuficiente o está tergiversada de manera interesada. Por este motivo considero que debemos hacer un esfuerzo colectivo para dar a conocer mejor lo que está sucediendo y desarrollar fórmulas alternativas a las que está ofreciendo la comunidad internacional. Nosotros como individuos no podemos resolver el problema de origen, pero sí podemos y tenemos la obligación de velar por el cumplimiento de los Derechos Humanos que a fin de cuentas también son los nuestros.
Qué está pasando
Para empezar, estamos hablando de la mayor crisis humanitaria que hemos vivido desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la presencia en los medios de este drama humanitario no está ocupando ni un 1% de la que le correspondería a una crisis de esta envergadura. ¿Por qué? Tengo mi propia opinión al respecto, pero creo que cada cual debe llegar por sí mismo a la explicación de la negación de este desastre mediante la deliberada ocultación de datos en los grandes medios.