Todo el mundo mira a España

Vaya semana que llevamos. Hoy tengo mucho que contar en el blog, vamos a ver si puedo hacerlo de manera concisa y amena para que puedan estar al día de lo que está sucediendo y de lo que queda por ocurrir, previsiblemente. Además, como es un poco largo pueden disfrutarlo durante la Semana Santa.

Esta semana hemos estado en el centro de la atención internacional por varios motivos: nuestra economía va de pena, la Comisión Europea nos está supervisando los deberes como a colegiales, hemos tenido una huelga general y, ¡¡¡Tachán!!! el Gobierno por fin ha desvelado sus presupuestos para el 2012. Los corresponsales extranjeros se han ganado bien el sueldo esta semana en España, pero ya pueden ir instalándose más comodamente, que esto va para largo. Vamos por partes.

La semana en que se cumplen los 100 días

Esta semana es muy relevante desde el punto de vista económico: por fin conoceremos los presupuestos del 2012 una vez que han pasado las elecciones andaluzas. Ahora entenderemos el por qué de tanto misterio, qué susto nos tendrán que dar que ponía en riesgo la victoria de unas elecciones autonómicas...

Desde hace tiempo se venía dudando de la prudencia de este retraso pese a las exigencias de Europa, tensando la cuerda y las relaciones de forma innecesaria, sobretodo una vez visto el resultado. Claro que ahora es fácil decirlo: tanto esconder los presupuestos para seguir sin gobernar Andalucía...

En todo caso, dejando de lado la estrategia política electoralista, a mí me parece correcto que un gobierno soberano establezca sus plazos y calendarios dentro de un orden racional. Seguir renunciando a nuestra soberanía en favor de las exigencias de los mercados y actuando por presiones políticas externas sería mucho más grave, sería admitir que quien nos gobierna sólo recibe órdenes, y no precisamente de su pueblo. De hecho, hemos llegado a un punto en que lo importante de los presupuestos no es que a nosotros los españoles nos gusten o no, sino que los señoritos de los mercados los consideren de su agrado y que en Europa aprecie que estamos amputando lo suficiente.

La crisis como excusa

Esta semana me ha inspirado una cita que viene a decir que si no somos capaces de entender cómo funciona el dinero, acabaremos siendo sus esclavos. Y es totalmente cierto. 

Uno de los efectos más perniciosos de esta crisis es el miedo y la pérdida de libertades. Ambas cosas siempre van de la mano porque cuando tienes miedo eres capaz de renunciar a tus libertades a cambio de protección. Es el momento ideal para llevar a cabo ajustes y cambios drásticos y adoptar modelos autoritarios en los que las decisiones del líder apenas se cuestionan porque a fin de cuentas hemos descargado en él la responsabilidad de sacarnos del problema.

Tres buenas noticias y algunas cosas más

¡Buenas noticias!

Resulta que a pesar de la que se ha liado en el mundo financiero, se ha reducido el porcentaje de gente que vive en la pobreza a la mitad con respecto a 1990. Sigue habiendo millones de pobres, pero proporcionalmente son cada vez menos. La noticia en sí parece increíble en un mundo en el que la escala económica de las cosas ha escogido un rumbo descendente. Sin embargo, es un dato positivo entre tantas noticias desmoralizadoras que nos están devorando cada mañana.

Hablando cada vez más claro

Esta semana seguiremos en la línea de hablar claro y llamar a las cosas por su nombre. Si repasamos la situación actual podemos ver cómo se difuminan los hechos para seguir ocultando una realidad a la que hay que hacer frente en vez de seguir mareando la perdiz a base de inútiles Cumbres Europeas. La realidad de Europa se complica por momentos, pero eso no significa que no tenga solución. Lo que indica es que las medidas que se han tomado hasta ahora no funcionan, y que no es posible gestionar esta crisis a base de seguir dilatando en el tiempo la toma de decisiones cruciales para reconducir el modelo europeo, ...o abandonarlo. Esta es la cruda realidad:

Grecia ya quebró: