domingo, 14 de enero de 2018

Por qué debes saber de qué va lo de las criptomonedas

Hola a todos y en especial a mis fieles seguidores: bienvenidos de nuevo a mi blog para recrear escenarios futuros. Hace mucho tiempo que no escribo un post, pero me he animado a compartir mi visión sobre un fenómeno a escala mundial que merece la pena abordar y dar a conocer por sus implicaciones socioeconómicas a medio y largo plazo.
Supongo que en los últimos meses, y en especial en las últimas semanas, habrás oído hablar de la tecnología blockchain, del Bitcoin, o de Ethereum… Y también lo más probable es que la conversación se haya centrado en cuánto ha ganado fulanito especulando y las alertas continuadas en los medios de comunicación de que se trata de una burbuja que va a estallar en cualquier momento, pero ¿qué es lo que de verdad hay detrás de todo esto? TECNOLOGÍA, sí, en mayúsculas. Se ha iniciado un enorme y trascendental cambio tecnológico equivalente a la transformación que supuso internet en los años 90, solo que con muchas más implicaciones para la vida real en casi todos sus ámbitos, empezando por el financiero.
¿De qué va esto?
Pueden encontrar mucha información en internet sobre la tecnología blockchain, y de hecho les recomiendo encarecidamente que se informen por su propia cuenta, desconfiar de los excesivamente optimistas (básicamente especuladores) y de los negacionistas contrarios al cambio (normalmente dependientes del "establishment" actual). Yo por mi parte voy a simplificar la historia llevándola al lenguaje más sencillo que pueda para que comprendan lo que está pasando.

La historia comienza hace casi una década (2009) cuando un colectivo de desarrolladores diseña un sistema de datos codificados que se transmiten en bloques de información que van formando cadenas imposibles de manipular externamente. Lo más destacado es que esto lo convierte un sistema muy seguro, basado en matemática pura y descentralizado. Nadie es el "dueño" de Bitcoin, nadie lo controla ni puede manipular las cadenas de bloques, es una red u organización de la que puede formar parte cualquier persona aportando sus conocimientos y/o sus equipos para que funcione la cadena a cambio de una contraprestación que percibe directamente por el propio sistema en forma de bitcoins.
-Nota importante: si empieza por mayúscula nos referimos a la red Bitcoin, y si es con minúscula hablamos de la moneda bitcoin, también conocida como BTC
En 2018 la tecnología blockchain ya se puede considerar un fenómeno global que conduce a la transformación de los sistemas de intercambio de datos en general, incluyendo los financieros, tal y como los conocemos hasta la fecha.
¿Para qué sirven los bitcoins?
Los bitcoins son la recompensa por colaborar en el funcionamiento de la red que soporta la cadena de bloques y tienen un número finito de unidades (21 millones, que se terminaran de emitir de forma automática de aquí a x años) que se van “liberando” por los colaboradores (también llamados “mineros”) y que son transmisibles a terceros (como tú y yo) a cambio de un contravalor en moneda estándar (dólares, euros,…) para que podamos operar directamente dentro de ese sistema. En la actualidad los bitcoin ya sirven para poder adquirir bienes o servicios (comprar pizza, pagar viajes, y en breve estará en plataformas como Amazon y otras compañías porque su volumen de capitalización convierte a sus poseedores en un mercado potencial de consumidores súper atractivo), con la ventaja de poder realizar transacciones sin ningún tipo de intermediario financiero (ni siquiera te hace falta una tarjeta de crédito). Esto es una realidad que ya está en marcha y sus dimensiones empiezan a asustar tanto por sus implicaciones para el sector financiero (que pierde el protagonismo y la exclusividad de intermediación en los movimientos de capitales entre particulares) como para los organismos reguladores, que todavía no saben ni cómo entenderlo para poder regularlo y en ese caso qué podrían hacer, ya que al no estar centralizado es muy difícil meterle mano para poder controlarlo.    
A su favor tiene que aunque triunfe o no de aquí a unos años, ya ha sacudido las bases de todo el sistema financiero mundial, y como es lógico las entidades financieras lo perciben como una amenaza, pero en paralelo reconocen este avance tecnológico como un camino a seguir, por lo que también han empezado a desarrollar sistemas parecidos (Ripple, XRP) en previsión de lo que pueda ocurrir y como única forma de evolucionar y formar parte del cambio que ya se ha iniciado. Es difícil apostar por quién va a triunfar, pero la última palabra la tendrán los usuarios a medida que se familiaricen con esta operativa y se cansen de los bancos tradicionales.
Tras la mala experiencia que tuvimos con las entidades financieras, con los bancos centrales y con las instituciones internacionales desde la crisis de 2008, se ha generado tal desconfianza que no me extraña que mucha gente desee un cambio de esquema (en especial los jóvenes). El intervencionismo y la falta del mismo por parte de los reguladores ha demostrado en varias ocasiones que parecen estar más a favor de proteger los intereses de la élite que de la gente de a pie, y por eso la irrupción de este sistema descentralizado tiene también un componente social nada despreciable (pero es tema para otro post).
Precisamente por ello, en contra de bitcoin pesa el que al no estar regulado puede llegar a estarlo en un futuro y no se sabe muy bien en qué sentido, desde potenciarlo hasta prohibirlo, pero a ver quién es capaz de ponerle el cascabel al gato. Además, esta regulación debería ser mundial para que tenga algún sentido, y no parece que los líderes actuales estén muy por la labor de ponerse de acuerdo ni siquiera en la salvación del planeta. Personalmente dudo que desaparezca, en todo caso puede que evolucione y que cierto tipo de auto regulación implementada desde el propio sistema lo expanda atrayendo a los escépticos del presente hacia la tecnología del futuro. 
Esta tecnología, que indirectamente nos conduce a una pseudo democratización de la gestión financiera, pone los pelos de punta a mucha gente, y es comprensible, pero a quien no asusta es a quien no tiene nada que perder, que de hecho es la mayoría de la humanidad por la creciente desigualdad que se ha comido al anterior sistema y en particular atrae mucho a los jóvenes (que hoy por hoy son quienes concentran el mayor volumen de estas monedas). En este sentido es una gran revolución económica y social y será muy interesante ver la reacción de las élites para intentar controlar el futuro, pero lo que será imposible es frenar los avances tecnológicos, la mayoría enfocados a luchar contra la centralización y la concentración de poder.
¿Qué pasa con las demás criptomonedas? 
Antes que nada hay que advertir de no confundir las criptomonedas, monedas alternativas, o "Altcoin", (la mayoría derivadas del propio Bitcoin que actúa de patrón oro como valor de referencia frente a sus “hijas”), frente a otros instrumentos de inversión como los “token”. 
Las "Altcoin" son monedas virtuales basadas en la misma tecnología blockchain, pero con distintas propiedades (las diferencias suelen estar en la velocidad de las transacciones y en los grados de seguridad que ofrecen). Algunas de las más conocidas son bitcoincash (BCH) y litecoin (LTC), pero hoy en día hay más de 1.000 y siguen aumentando, así que por ahora no hay manera de saber cuáles triunfarán y cuáles desaparecerán en el futuro. Sin embargo no olvidemos que la mayoría siguen referenciadas al bitcoin, por lo que éste empieza a actuar como patrón oro de las criptomonedas.
Por el contrario, los "token" no son monedas, son una especie de participaciones en acciones de proyectos que sirven para desarrollar aplicaciones que exploten todo el potencial de la tecnología asociada a Bitcoin y a la cadena de bloques. Hay proyectos de todo tipo (apps para móvil, software, etc..), y su forma de financiarse es emitir una especie de crowdfunding por el que te dan unos tokens cuyo valor depende teóricamente del potencial del proyecto. Digo teóricamente porque en realidad lo que está pasando es que la mayoría del público se ha enfervorizado con la especulación en este  campo y se dedican a comprar y vender sin tener en cuenta de qué trata cada iniciativa, lo que puede dar lugar a estafas, a invertir en proyectos vacíos de contenido (algo que está en auge ahora mismo y por lo que hay que ser muy precavidos antes de invertir). Si la gente solo se fija en comprar barato y vender caro sin saber nada más, pueden verse engañados con mucha facilidad.
¿Y Ethereum?
Ethereum nace de la misma tecnología de blockchain pero unos años más tarde, (2013-2014), y de hecho su fundador formaba parte de la organización de Bitcoin siendo apenas un chaval adolescente. Ethereum no pretende ser solo un sistema de intercambio como el bitcoin, es un proyecto más ambicioso que incluye información contractual en las transacciones, es un sistema de transmisión de contratos inteligentes y esto conlleva otra revolución: en este escenario ya no solo las entidades financieras quedan en segundo plano, sino también los notarios, registradores, etc… que pueden ser sustituidos mediante el uso de este sistema. Esto no significa que vayan a desaparecer de un día para otro ni que sea pronto, solo significa que su labor será tan prescindible como ha ocurrido con las agencias de viaje o con la prensa impresa en los últimos años y su número se verá reducido considerablemente en las próximas décadas. Por ello hay muchas profesiones que deberían empezar a informarse y a formarse (porque esto es imparable), en especial los abogados, contables, asesores financieros, traders, etc…
Si Bitcoin corresponde básicamente a un sistema de pagos y transacciones, Ethereum es más bien una infraestructura, una nueva forma de hacer las cosas. Por ello, ambas pueden convivir paralelamente, pero también puede ocurrir que una se coma a la otra en función de la utilidad que se pueda desarrollar en un futuro. Al igual que con la red de Bitcoin, Ethereum tiene su token que sirve de moneda virtual, el “ether” (ETH), y también hay cientos de empresas desarrollando aplicaciones para su tecnología que emiten otros "tokens" como forma de financiarse. Los servicios que pueden llegar a ofrecer son tan variopintos que es como ver nacer internet de nuevo: surgirán nuevos Yahoo, Terra y Google, y de hecho ya están naciendo y están consiguiendo la financiación necesaria para convertirse en realidad. Son proyectos en aplicaciones médicas, transporte autónomo, sistemas de votación, ciudades inteligentes,.... y así hasta el infinito. Unos triunfarán y otros desaparecerán, pero la carrera ha empezado ya como lo hizo en el 95 con las .com.
Lo que está por venir…
Para resumir los requisitos necesarios para que evolucione esta tecnología podríamos simplificar diciendo que depende de tres cosas: datos, máquinas y energía para que éstas funcionen (el desarrollo de las energías renovables también va a tener un papel clave en estos escenarios, por eso es una pena el frenazo de España en este campo pudiendo estar a la cabeza en innovación e implantación, pero en fin…).
Mientras la tecnología del blockchain y sus aplicaciones sigue creciendo y haciendo realidad cosas impensables hasta la fecha, hay quienes ya están dando un paso más allá en otra tecnología aún más compleja y a más largo plazo que puede expandirse exponencialmente haciendo uso de todas las máquinas y de toda la información a su alcance al mismo tiempo. Esto roza casi la ciencia ficción, pero como ya se está trabajando en ello y hay empresas desarrollando programas con cierto éxito, merece la pena tenerlo muy en cuenta. Me refiero al Internet de las Cosas, Internet of Things “IoT”. 
Pues bien, el IoT consiste en la interconexión de todo tipo de aparatos (máquinas) intercambiando toda la información que son capaces de captar a su alcance (datos) para tomar decisiones/acciones con o sin la intervención humana. Ahora estamos en la fase de semilla, esbozando cómo va a funcionar esto, en qué sectores se puede aplicar, haciendo pruebas, y lo más importante: filosofando sobre cuánta libertad se le puede dejar a las máquinas para usar esa información e incluso para tomar decisiones en lugar de los humanos. Sí, la filosofía ha vuelto a tomar protagonismo como herramienta y será fundamental para modelar lo que queremos permitir que las máquinas hagan por nosotros. Debe volver a las aulas con urgencia y preparar a las nuevas generaciones para diseñar el mundo de mañana. Empezamos a acercarnos mucho a la implantación efectiva de la IA (Inteligencia Artificial), y también da vértigo. Isaac Asimov fue un visionario en este sentido, y es curiosa la coincidencia de sus iniciales I.A.  ;-)
En la actualidad ya hay unas cuantas empresas ofreciendo sus tokens para seguir investigando y desarrollando aplicaciones combinando la tecnología blockchain con el internet de las cosas. Entre los proyectos que he conocido destacaría a IOTA (IOT) y a Streamr (su token se llama DATAcoin), por lo que les recomiendo conocer sus proyectos. Personalmente me he decantado más por el proyecto de Streamr, lo que comento con honestidad (aquí tienen información comparativa sobre ambos proyectos, pero busquen más, no se fíen solo de una fuente).

¿Cómo comprar y vender?
Está claro que lo que ha hecho famoso al bitcoin y sus derivados son las ganancias especulativas y ahora todo el mundo quiere subirse al carro aunque no sepan ni de qué se trata. Por lo menos si has leído hasta aquí ya sabes dónde te vas a meter. Comprar bitcoins o ether a cambio de euros o dólares es relativamente sencillo y ya hay plataformas simples y amigables para hacerlo (para mí Coinbase es la más sencillo de utilizar y te dan 10 USD con la primera inversión de 100 USD).
Antes de seguir les doy algunas claves básicas:
-        No inviertas con el único fin de ganar dinero, sino de formar parte del cambio, de entenderlo, usarlo y familiarizarte con lo que se avecina. 
-        Antes de comprar nada repito hasta la saciedad que es mejor investigar, leer y aprender. En todo caso, recomiendo que la primera compra sea de aprendizaje, con pocos euros (50-100) y con la finalidad de aprender, como si fuera el coste de un curso. Ve despacio y ten paciencia. En especial presta atención a los sitios donde te das de alta y anota las contraseñas que utilizas. Si las pierdes no tendrás acceso a tus fondos.
-        Hay dos tipos de plataformas que tienes que aprender a manejar y a distinguir: los exchange: (casas de cambio de divisas con respecto a criptomonedas donde compras y vendes como en Coinbase),  y los wallets (monederos donde guardar a salvo tu inversión, ni se te ocurra dejarla en la plataforma de exchange). Ojo, no todos los wallets son compatibles con todas las monedas. Para Bitcoin y puedes usar Mycelium y para Ethereum y sus tokens suele usarse MyEtherWallet. También cabe la posibilidad (la más segura) de almacenar tus criptomonedas en un hard wallet, tipo stick de memoria. Esta es la mejor manera de tenerlos a salvo de los hackers, que como es obvio tienen un paraíso para forrarse en medio de este boom. Uno de los más recomendados es el Ledger Wallet porque es compatible con casi todas las monedas y tokens y es bastante sencillo de usar dentro de lo que cabe. El modelo más recomendado es el Ledger Nano S y es del que puedo dar referencias.
-        Las transacciones no son gratis, para que los mineros que trabajan en tecnología blockchain procesen las operaciones, te cobran milésimas de bitcoins o de ether (lo llaman ¨gas¨). Ten cuidado con lo que pagas para acelerar tus transacciones.

-        Para la compra de "tokens" primero hay que conocer el proyecto que está detrás y analizar su fiabilidad para evitar los diseñados para estafarte (scams). Si te decides a apoyar un proyecto que te motive o que te interese, plantéate que la inversión sea a largo plazo, no tengas prisa para ganar dinero rápido, no es la filosofía correcta. Para poder adquirir los tokens normalmente hay que ir a plataformas especializadas, muy complicadas de utilizar, como Etherdelta. No lo intentes hasta que aprendas más y te hayas familiarizado con los exchange y los wallet porque este es otro nivel que implica un riesgo superior tanto a la hora de invertir como de operar. 

Aquí lo voy a dejar por ahora, les toca a ustedes seguir informándose. Mi intención era despertar su curiosidad y pedirles prudencia, y a cambio solo les pido que lo compartan.

¡Feliz 2018!

3 comentarios:

  1. Me alegra que vuelvas a publicar, Cristina, y me gusta la nueva orientación de tu blog. ¡Nada tan interesante omo el futuro!
    Respecto al bitcoin hace tiempo que se avisa de su subida en picado gracias a maniobras especulativas. ¿Cuándo estallará la burbuja? Ya en mayo el blog de finanzas de Le Monde hablaba así: https://goo.gl/BFETVo
    Saludos.

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  2. Enhorabuena Cristina por el retorno y por la temática que anuncias. Las criptomonedas es otra invención imaginativa para burlar los controles de las autoridades monetarias (léase Bancos Centrales). Dicen que ya se contabilizan más de 700. Es oportuno que profundicemos en este asunto. Atte. Ramón Díaz

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  3. Con un poco de retraso, brillantísimo artículo como siempre. Muy en la línea de "economía directa", que imagino los conoces. https://www.ivoox.com/fiebre-criptomoneda-economia-directa-audios-mp3_rf_24064600_1.html

    Saludos
    Juanfer.

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