viernes, 6 de enero de 2012

Lecciones de historia

A veces la historia nos enseña cómo mejorar nuestro futuro.  

Un amigo me contó hace tiempo una historia muy curiosa sobre España.
Resulta que años antes de perder Cuba, hubo una fuerte epidemia de cólera en La Habana. Murieron muchas personas y no había forma de controlar la epidemia. Desesperados, los españoles diseñaron un plan de salubridad e higiene, pero a pesar de lo metódicas que eran dichas instrucciones, no se pudo controlar la epidemia y las víctimas seguían en aumento a la par que se extendía a otras poblaciones, pues había continuos brotes. Ante esta situación, cada poco que imponían nuevas normas de salubridad, cada vez más exigentes, pero no se conseguía acabar con esta enfermedad....
y después se perdió Cuba y no se supo más.

Años después, uno de los redactores de aquel plan viajó a La Habana y se dio cuenta de que habían acabado con el cólera radicalmente. Intrigado por el resultado y por curiosidad personal le preguntó a un compañero local qué habían hecho para resolver la epidemia, a lo que éste le respondió:  Hicimos cumplir el plan que usted diseñó.

Recuerdo muchas veces esta historia porque veo en nuestro país una curiosa tendencia: cada vez que hay un problema, lo solemos resolver haciendo planes, redactando leyes, proponiendo normas, etc... cosa que estaría bien si no generáramos más de 70.000 documentos anuales que difícilmente podemos conocer y que en muchos casos se contradicen. Pocas veces nos centramos en cumplirlas y en hacerlas cumplir.

Tenemos normas prácticamente para todo, desde cómo y dónde sacar a pasear al perro, qué plantas puedes plantar en tu zona, de qué color puede ser la fachada, etc.... hasta cómo cumplir con tus obligaciones fiscales. Vamos, que las norma ya existen. Aún así, hay muchos que las incumplen, de forma que generan una epidemia continua, un perjuicio al Estado.

Para solucionarlo ¿qué hacemos los españoles? Crear otra norma más.
Por ejemplo, para luchar ante el fraude los técnicos de Hacienda han propuesto una nueva norma con la que no se podrán facturar bienes o servicios contra pagos superiores a mil euros en efectivo. Así se pretende evitar que la gente pague con dinero negro y que las empresas acepten ventas con pagos en metálico. No perseguimos a los que defraudan, ni concienciamos, ni educamos, ni damos ejemplo a la sociedad (más bien al contrario, véase caso Palma Arena con un Presidente autonómico y un yerno real imputados...).

¿Servirá esta nueva norma? No. Seamos realistas: los que pagan con dinero negro seguirán haciéndolo.  El dinero manda más que la ley en España. Las empresas no van a rechazar una venta, y menos en medio de la crisis. Cobrarán en negro, sin poder emitir factura y por tanto sin pagar impuestos, ni nada de nada. Con lo cual, muy al contrario de lo que se cree, lo que puede ocurrir es que aumente el dinero negro y el fraude fiscal. Interesante Scenario...

Se trata de una medida de pseudo-corralito, una restricción financiera que afecta a todos los españoles, beneficia a los bancos por aumentar el uso de sus medios de pago (con comisión) mediante tarjetas, cheques, transferencias y encarece la adquisición de productos. A cambio, una pequeña molestia para los que tienen grandes cantidades de dinero bajo el colchón... que ya se buscarán a quien comprarle si usted se niega.

¿No sería más fácil asegurarnos de que la normativa que ya existe se cumple? No robar, no pedir comisiones, no cometer abusos de poder, no tirar el dinero público en infraestructuras inútiles, etc.. 
A la gente no le molesta pagar impuestos, o incluso que se los suban un poco, para pagar la sanidad, la seguridad, la educación y la democracia con toda su estructura. A los españoles lo que nos indigna es este dispendio de nuevos ricos, horteras y ególatras que han asolado el país de punta a punta: da igual el partido político, da igual la región.

Mire cada cual a su alrededor y cuente cuántas obras faraónicas, infrautilizadas y absurdas tiene en un radio de no más de 100 kilómetros. Entre todos podemos hacer el mayor inventario nacional de despropósitos públicos. Esto sin contar el dinero perdido en juergas, drogas, comisiones y corrupción en general. No creo que haya ningún país en el mundo dónde se haya hecho tanto disparate seguido, por lo menos nos merecemos entrar en el Guinness.

La mayor parte de los ciudadanos somos conscientes de la situación de crisis y en general la gente asume que hay que hacer recortes, aumentar impuestos, mejorar la gestión,... pero también queremos ciertas garantías.
Garantías de que el que gestione mal, robe o cause daño al patrimonio público, pague.
Garantías de responsabilidad personal, de transparencia, de eficiencia en el uso de los recursos.
Garantías de una justicia rápida, que actúe de oficio en estos casos, que vigile por nosotros.

Y ya que al menos hemos aprendido algo de esta historia, espero que cuando se propongan nuevas medidas económicas vengan acompañadas de un paquete de garantías, y que entre ellas esté una especial para que todo aquel que efectivamente haya metido la mano en la caja sea juzgado de manera inmediata y responda con todos sus bienes, sea del partido que sea. 
Ah, y rapidito, que hay cola.


Una noticia agradable:
Esta Navidad he tenido el placer de poder leer parte del libro (recién presentado) Historia Contemporánea de Canarias, dirigida entre otros por mi compañero de tertulia Sergio Millares Cantero. En este libro han colaborado diecisiete investigadores y profesores consiguiendo dar una visión muy completa de la historia de Canarias con un mismo fin: mejorar el conocimiento de nuestra historia haciéndola accesible al gran público, creando un documento apto tanto para la docencia, como para el aprendizaje en las aulas, como para el disfrute de los lectores.

El libro analiza la evolución social, económica, política y cultural del archipiélago desde el siglo XIX, aportando una visión multidisciplinar de nuestro pasado, muy bien estructurado, y con abundante material gráfico, en el que destacan las fotos históricas de nuestras calles y otras infraestructuras en sus orígenes. 
Es un documento de trabajo excelente para todos aquellos que quieran profundizar en los orígenes y trascendencia histórica de muchos personajes insignes de las islas, estudiar el desarrollo y problemática del sector agrícola durante los últimos dos siglos, el fenómeno de la industria tabaquera, el comercio y por supuesto el turismo (aunque me hubiera gustado que fuera un poco más extenso), así como otros muchos sectores que son tratados a medida que avanza la línea del tiempo de la mano de los grandes cambios sociopolíticos que hemos vivido en este periodo hasta llegar a la democracia.
Destacan los datos y conclusiones sobre la evolución demográfica con fenómenos como la emigración de los canarios y, apenas medio siglo después, se plantea la misma situación a la inversa con la inmigración tras el cambio de modelo económico y la introducción del turismo.

Pues como dije al principio, la historia nos enseña a mejorar el futuro: lo que debemos evitar, lo que debemos mejorar, lo que debemos recuperar y lo que no podemos volver a dejar que ocurra.
Mi enhorabuena a todo el equipo participante en este estudio.

Por cierto, El País está sacando una serie de artículos sobre las crisis vividas en España y Europa desde hace siglos que está muy, pero muy interesante. Aquí está el primer artículo. Aviso que si eso es repetible, da mucho miedo.

A todos mis lectores, que tengan una buena semana. En breve volveré para describir un Scenario hipotético con el que reflexionar un poco.


4 comentarios:

  1. - Aunque suene espeluznante, excelente artículo Cristina.
    Lanzo una pregunta: estamos preparados realmente para aprender del pasado? o la soberbia del ser humano nos seguirá dominando?

    ResponderEliminar
  2. Excelente artículo. Pienso que expresa lo que muchos pensamos y que nos gustaría que se resolviera. Hay mucho faraón suelto. Es la primera vez que entro en tu blog y pienso hacerlo muchas más veces.

    ResponderEliminar
  3. un blog, donde tus ariculos son tuyos, enorabuena y que tengas suerte en el concurso

    ResponderEliminar
  4. En impuestos el estado ya me quita más de la mitad de lo que genero. No quiero que me roben tanto, no quiero que me roben más. Entiendo que un % pequeño de mi riqueza vaya a mantener la estructura social que posibilite el ejercicio de mi libertad, no que me quiten la mayoría de lo que gano para someterme con mi dinero.

    Todo está hiperregulado y prohibido. No quiero que me digan qué puedo y no puedo hacer y cómo hacerlo. Mientras yo no perjudique a terceros nadie es quién para interferir en mi acción. Mientras lo que yo pacte con otra persona libre no afecte a terceros nadie es quién para corregir el acuerdo. La Ley ha de ser para establecer las normas del juego para todos, no para definir el resultado y beneficiar a unos y perjudicar a otros.

    Su concepción del estado es monstruosa, su sometimiento al expolio es preocupante, su entrega de libertad y responsabilidad a cambio de una utopía insostenible es pueril y peligrosa.

    No hay contraposición entre el bien común y el particular, pues no puede haber lo uno sin lo otro. En la medida en que se reprime la consecución de uno de ellos el resultado jamás es el crecimiento del otro, sino todo lo contrario. Quien no puede ver una relación tan simple y directa acaba tirando piedras de grueso calibre contra su propio tejado...

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...